No soy muy cafetero, lo reconozco. Pero cuando me encuentro con bodegones como estos, me muero de la envidia por todos aquellos que disfrutan cada sorbo, los olores y el regusto en el paladar. La verdad es que un rincón de café en la cocina, el comedor o el lugar de trabajo, puede convertirse en un verdadero refugio en el día a día. Yo no voy a forzar mi casa. Por mucho que me duela, con un espacio destinado al café. Quienes me seguís sabéis que me gusta que todo sirva para algo. Pero... creo que me voy a auto 'reintentar' decorativamente y voy a cambiar café por tés. Que estos sí que me gustan. ¿Qué os parece?
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