El diseño escandinavo se asocia a menudo con interiores blancos y muebles modernos. Pero el exterior a menudo refleja algo mucho más oscuro, espejo de largas noches de invierno que mimetizan en hogares cuyo interior nada tiene que ver con dicha apariencia; fachadas revestidas en tonos oscuros que van desde resistentes grises a elegantes negros. El dramatismo se torna acogedor, al mismo tiempo que inspira relax, vanguardia y sostenibilidad. ¿Con cuál te quedas?
Vía Apartment Therapy
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