La elegancia de la vendimia sólo puede ser replicada a través del uso de los muebles simple y naturales, así como con tonos de color suave. Esta habitación evoca aire de época con un acertado uso de colores crema en cortinas, techos y suelos. Este dormitorio mantiene modestos y delicados patrones de ropa de cama que mantienen un toque clásico en tonos vibrantes de azul y verde.
El mobiliario, que se mantiene minimalista, impide la obstrucción visual de las paredes, dotándolas del protagonismo que les corresponde. Un aspecto vintage que revive en los pequeños detalles de aspecto antiguo. ¡Viva la restauración!
Imagina el despertar en este hermoso dormitorio, sintiendo la felicidad y el encanto de encontrar floridos y exuberantes ramos decorativos en las mesitas de noche. Las ventanas grandes de marco blanco invitan a apreciar las hermosas vistas de la naturaleza que mira curiosa al interior del hogar, iluminado de manera cálida y precisa.
Con ventanas de este tipo, es casi imposible no deleitarse ante bellos amaneceres que sucumben a los sonidos de la naturaleza. Creativamente, un espejo que se asemeja a las ventanas se sienta sobre la chimenea para crear la ilusión de más espacio y más luz.
Y si eso no es suficiente, este espacio también cuenta con pálidos armarios de madera, que deambulan en la pulcritud del carácter organizado y libre. Sin embargo, y quizá por encima de todo, la pieza que le da el toque vintage final es la chimenea.
Confinada en un pálido amarillo verdoso, ésta exige interminables noches de acurrucó bajo las sábanas o sobre la alfombra blanca, apropiadamente colocado delante de él. Con dos sillones que invitan a momentos de conversaciones íntimas, este dormitorio sucumbe a los deseos de cualquiera, remedando a las decorativas maletas que tanto podrían contar si pudiesen. Para amantes de la sencillez y el atesoramiento de los recuerdos.
Vía House of Turquoise
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